domingo, 20 de junio de 2010

COPLILLAS

Me dices que no me quieres
pero tus ojos engañan
y me mandan tus mensajes
cuando mueves las pestañas

Quiero velar en tus noches
almohada ser de tus sueños
esclavo de tus palabras
y de tu corazón dueño

Entregado a tus amores
paso la vida vagando
sin saber si es dia o noche
tus caricias implorando

Son tus ojos dos luceros
brillando en mi juventud
que sonríen cuando les miro
y cuando me miras tú

Abierto tengo mi puesto
sólo de lunes a viernes
sábado y domingo no
porque tú vienes a verme

Dicen y dicen y dicen
y no dejan de decir
lo mucho que yo te quiero
y tú me quieres a mí

Quisiera ser golondrina
y anidar en tu ventana
para ver como despiertas
cuando llega la mañana

Ayer te pedí tus besos
solo me diste consuelo
ahora me los pides tú
pero yo ya no te quiero

Ya llegó la primavera
todo se llenó de flores
formando con su presencia
arco de muchos colores

Ayer llamaste a mi puerta
pero no quisiste entrar
hoy la dejaré abierta
y no tendrás que llamar

Suspiro cuando te marchas
si me voy suspiras tú
entre suspiro y suspiro
pasa nuestra juventud

Salgo a la puerta de casa
solo por verte cruzar
pero tú pasas de largo
y no me quieres mirar

RECUERDOS

No quiso volver la cabeza. Sabía que si lo hacía, se quedaría allí para siempre. Tenía que salir del pueblo y labrarse un porvenir en otro lugar, aunque aún, no sabía donde.
Siempre recordaría su pequeña casa, toda encalada y tan blanca como la nieve. La buganvilla que trepaba por la pared, llenándola de color y aroma. La vieja puerta de madera de la casa, que chirriaba cada vez que alguien entraba o salía. El olor fuerte, entre dulce y amargo de los membrillos que su madre guardaba entre la ropa del viejo armario y que se extendía por toda la casa, cuando se abría el antiguo mueble, herencia de varias generaciones.
La buhardilla, donde guardaba todos sus recuerdos de adolescente y primera juventud. Sus primeros zapatos con algo de tacón, que utilizó en el baile de las fiestas del pueblo, cuando ya tenía 14 años. Recordaba todo lo que contenía el viejo arcón, sus juguetes más queridos, las novelas de amor que, aunque inocentes, debían ser escondidas de los mayores, que las consideraban nocivas y excitantes, por las escenas de besos de sus protagonistas.
Recordaría la iglesia de estilo románico, casi vacía de imágenes, pero que su interior, acogedor y sombrío había escuchado sus primeras penas de amor. La campana, a la que muchas veces maldecía por sonar cuando estaba dormida.
El viejo pozo del corral, cuyo brocal decían que era de hacía varios siglos y desde donde, en su niñez, tiraba cantos pequeños, para escuchar el ruido que hacían cuando chocaban con el agua. La higuera, que en verano daba sombra en las horas de más calor y su fruto jugoso y dulce era una delicia saborear.
También recordaría la ribera del río, escoltada a ambos lados por filas de olmos, cuyas ramas se mecían con la fuerza del viento. Allí, donde las parejas de enamorados buscaban intimidad, y donde ella, había saboreado los primeros besos, los que nunca se olvidan. La frescura del agua, cuando en verano las chicas se subían un poco la falda y metían los pies para refrescarse y los chicos, más atrevidos, se bañaban en calzoncillos.
Nunca olvidaría todo aquello, ni a sus padres, pero tenía que marcharse de allí, ahora que aún no era tan mayor. ¿Se marcharía, si las cosas hubieran ocurrido de otro modo?. Tal vez, si Julián, que tanto amor le había prometido, no hubiera vuelto de la ciudad, con una mujer del brazo, con la que pensaba casarse muy pronto, todo habría sido distinto, pero ya no había marcha atrás.
Siguió andando con la cabeza erguida, hasta llegar a la estación del tren, que la llevaría a un destino aún desconocido, pero estaba segura que nunca enterraría sus recuerdos.

Andrés Tello
Junio 2010

PRIMAVERA EN INVIERNO

AYER, DE NUEVO PRIMAVERA,
SE ALUMBRARON MIS DÍAS,
QUE AHORA SON GRISES,
PRELUDIO DEL INVIERNO.

TUS OJOS, MI ESPACIO ILUMINARON
MI CUERPO, YA CANSADO, DESPERTÓ
AL SUAVE ROCE DE TUS DELICADAS MANOS.
ACABÓ LA OSCURIDAD, ETERNA CEGADORA
DE MIS HORAS MÁS TRISTES.

AYER, DE NUEVO PRIMAVERA
MI CORAZÓN, OTRA VEZ ILUSIONADO.
OLVIDÓ RENCORES Y MENTIRAS
Y ACARICIÓ TU OSCURA PIEL
COMO EL PRIMER DÍA,
CUANDO LLEGASTE A MÍ.

AYER, DE NUEVO PRIMAVERA
- EN TU PAIS, ETERNO VERANO -
TU RISA, GOLONDRINA FUGAZ
HOY ME ACARICIA, DA SAVIA
A MI VIDA, DOLIDA POR TU AUSENCIA.

PARA MÍ, ETERNA PRIMAVERA,
SIEMPRE, ETERNA.


Andrés Tello

lunes, 14 de junio de 2010

RELAMPAGOS INTERIORES

Día 21, a las 20 horas, presentación, de libro de Isabel Diez Serrano, "RELAMPAGOS INTERIORES", en la Asociación de Escritores y Artistas Españoles. Presentará la obra, Juan Van-Halen.