jueves, 2 de diciembre de 2010

Quise saciar mi sed
en tu pozo de agua cristalina.
Pedí que un rayo de tu luz
alumbrara mi vida.
Soñé una noche de amor
con suaves melodías.
Mis manos acariciando
las líneas de tu cuerpo.
Deseé que no hubiera
un mañana.
A través de los cristales
alumbró un nuevo día
Quise seguir soñando
y el sol, ese intruso,
osado y atrevido,
despertó mi corazón dormido.
No calmé mi sed,
ni se alumbró mi vida,
tampoco escuché suaves melodías,
tu cuerpo no acariciaron mis manos,
esperé que llegara la noche.
De nuevo volveré a soñar.

Andrés Tello
Diciembre 2010

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